Juan Guillermo Cuadrado y James Rodríguez luciendo el nuevo diseño 2019 de la camiseta. Tomado de Instagram: @jamesrodriguez10
Desde hace ya un tiempo que se ve la curiosidad por el nuevo diseño 2019 de la camiseta para la Selección Colombia. La gran duda sobre cómo sería ha ido creciendo en efecto bola de nieve y, desde que anunciaron los jugadores convocados, los espectadores han estado al borde de sus sillas: el 11 de marzo el entrenador de la Selección, Carlos Queiroz, llevó a cabo una rueda de prensa explicando los detalles acerca de su lista de jugadores para la fecha FIFA. Ése mismo día se publicó en la cuenta de Twitter de la Selección Colombia el vídeo de presentación de los convocados para los partidos de marzo, donde se muestra parte de la espalda que tendría la nueva indumentaria.
Naturalmente, esto avivó la curiosidad de los hinchas. Tristemente, mientras más alto se esté, más fuerte es la caída. Nadie se esperaba que resultara en tal rotunda decepción y desilusión.
Más que una camiseta
A lo largo de la historia del fútbol, las camisetas representativas de los equipos han sido un emblema fundamental. Más que una prenda, se ha convertido en un pilar del deporte. La uniformidad que brinda hace sentir a quien la viste “parte del equipo” y da la ilusión de que su corazón late al mismo ritmo que el de los jugadores en el campo. Vestirla significa apoyar de corazón a aquellos guerreros en su batalla. Una camiseta se vuelve, entonces, una de las bases que sostienen la emoción de una nación.
En Colombia, país sumamente pasional, esto no es la excepción. Nuestra tierra, fanática del fútbol, está inmersa en él. En toda su complejidad, el fenómeno del fútbol encierra a Colombia. Se ha vuelto importante para nuestra cultura. Tanto así, que es imposible ser ajeno a ello: en todas las partes del país se habla de fútbol, en mayor o menor medida, pero se habla. Y así como se habla del deporte, se vive. La gente va más allá de ver fútbol, inclusive, más allá de disfrutarlo. Lo vive.
Con bombos y platillos, las personas celebran tanto triunfos como derrotas. El orgullo, el amor de los hinchas se percibe fácilmente por toda Colombia. Este sentimiento lo enmarcan, en parte, en sus camisetas: todos uniformados al son de un mismo gozo aportan, cada uno, su granito de arena para la anhelada victoria. Se unen, se cobijan bajo un mismo manto en el que los une un sentir. Viven el fútbol, se sienten parte de él y con su vestuario lo expresan.
Siguiendo este camino, una camiseta deja de ser una simple prenda para volverse en la representación de una pasión. Es, entonces, más fácil comprender cómo, y hasta qué extremo, puede llegar a afectar un diseño a los colombianos.
La decepción colombiana
Sobre el nuevo, diseño no demoraron en llover críticas. Por supuesto, de todo tipo: algunos decían que era fresca, cómoda, bonita. Otros dijeron que estaba mal, estaba opaca o extraña. Las personas se agruparon en dos bandos: a favor y en contra. El problema tomó cuerpo cuando uno de esos conjuntos creció desmesuradamente, haciéndose notar en el ciberespacio.
Según el Canal Uno, los fanáticos rechazaron casi de manera inmediata el diseño de la camiseta. A través de las redes sociales manifestaron sus críticas. Con ese ingenio y creatividad colombiana que nos caracteriza, las burlas, los chistes y los memes se hornearon como pan caliente.
José Ricardo Meriño, profesor de Arquitectura de tiempo completo en la Universidad Autónoma del Caribe, habla sobre una desilusión por la poca trascendencia que se le dio al evento. Con algo tan relevante como la Selección Colombia, se espera que la producción sea adecuada: que la presentación se diera con la importancia que merece. Al no darle profundidad y tratarla como un simple artículo de venta, los fanáticos se sintieron atacados, ofendidos. Un diseño arriesgado sumado a una presentación superficial, exhibido a un público que se toma el fútbol muy en serio, terminaría siendo una ecuación para el fracaso.
Quizás lo que más necesitaba un cuerpo de seguidores como lo son los colombianos era una reivindicación de su idiosincrasia futbolista. En cambio, recibieron una camiseta.
Diferentes ángulos del nuevo diseño. Tomado de Adidas.co
Detrás de las líneas
El diseño de la camiseta no es de gratis. La forma en la que está ejecutada tiene una razón de ser. La firma Adidas, al ser cuestionada, respondió que el patrón de grafías utilizado representaba los tejidos indígenas propios de Colombia. Querían plasmar este arte autóctono del país en su nuevo diseño.
En cuestión de diseño, la docente de Diseño de Modas, Liliana Quintero, explica: “La intención de Adidas de mostrar nuestro legado cultural estuvo muy bien, es válido. La ejecución no fue tan buena. Si bien los elementos están reinterpretados de buena forma, los colores y las líneas la hacen ver opacas. El concepto, la historia, y simbolismo están muy bien logrados, pero al momento de traerlos a la vida es donde hubo la falla”.
La camiseta, por muy “fea” o “bonita” que sea, sigue siendo lo que nos une como hinchas. En lugar de quejarnos sobre ella, podríamos mirar más allá de un diseño diferente y atrevido; estar orgullosos de lo que nos muestra ante el mundo como colombianos, lo cual no se refiere a líneas negras sobre un amarillo sombrío, sino a todo un legado cultural que nos conecta como aquellos tejidos que reflejan la camisa.
Si bien muchos no podemos sentirnos cercanos a la prenda, podemos sentirnos cercanos a lo que encontramos entre líneas.
Alba Luz Paez Albor
Estudiante de Comunicación social-periodismo, IV semestre